lunes, mayo 11, 2009

Sinceridad

La sinceridad, el hecho de hablar con verdad a las personas, valor que se agradece frente a las personas que consideramos cercanas e incluso las que no. Sin embargo, en nombre de la verdad podemos generar muchos problemas en los demás, cuestionándonos si efectivamente la honestidad en nuestro actuar debe ser considerado un valor absoluto en nuestras vidas. La verdad, que frente a la realidad siempre debemos a tener a la situación en particular, ya que en temáticas vinculados con el ser humano es complicado crear reglas de determinación de lo correcto debido a la multiplicidad de factores a considerar, como el estado de ánimo, y el nivel de empatía que podemos tener con esa persona, y la forma como decimos con la bandera de la verdad.

En esto muchas personas que se califican como “directos” suelen esgrimir en sus dichos que lo hacen “sin pelos en las lengua”, lo cual, al comentar con otro lo que piensan en el momento los hace merecedores de ser honestos. Ahora bien muchas veces podemos pensar en algo y decirlo a la persona que está compartiendo con nosotros en un momento determinado, pero puede responder a una reacción, de modo que el exceso de franqueza puede estar vinculado a la impulsividad del individuo de lanzar comentarios sin efectuar un ejercicio mental; si bien es cierto este cristiano no a pecado, porque ha dicho la verdad, el decir lo que pensaba en ese momento no quita que después pueda cambiarlo, sobre todo cuando nos referimos a una crítica de una persona. A veces es bueno hacer caso a los adagios, como el pertinente: “no seas esclavo de tus palabras, sino dueño de tu silencio”.

La sinceridad a secas puede traer graves consecuencias frente a los que nos rodean, ya que al considerarlo como valor absoluto, sin considerar otros factores podemos dañar a nuestros cercanos, actuando de modo impulsivo sin una reflexión previa que nos permita tomar decisiones reflejados en nuestros dichos que sean más consistentes. A pesar de que el ser humano es mutable en cuanto a lo que dice y piensa, en nuestra sociedad además de la franqueza es valorable la consecuencia de lo obrado y declarado.

domingo, mayo 10, 2009

Testamento


Si mañana muriera y no tuviera tiempo de decirlo, o no llegarán fluir las palabras adecuadas:

Desearía decirles a Uds, mama y papá que los quiero, los amo a cada uno, perdónenme por no cumplir con sus expectativas, hubiera querido devolverles todos los malos ratos que significaron mi crianza, sobre todo porque ya les he comentando que el peor negocio de la vida es tener un hijo, debido a que precisamente no es un negocio. En verdad, uno no escoge a los padres, pero si tuviera la posibilidad de vivir otra vida, me encantaría “repetirme el plato”, siento ahora que es parte de la perfección de este mundo el poder conocerlos, en estos últimos momentos.

A ti, en especial, lamentablemente no pude enseñarte lo que es el verdadero amor ( o mejor dicho lo que pienso que es el amor) , no pude cumplir con esas promesas, esos sueños, esos anhelos, sólo se feliz, y guarda como verdadero tesoro los momentos que la pasamos juntos, y olvida quizás lo malos ratos, producidos por la inmadurez, por los malos entendidos, no se que me espera después de mi muerte, pero haré todo lo posible por conservar mi memoria, y más aún si logro reencarnar en otro ser, poder encontrarte nuevamente en mi otra vida y poder volver a contemplar tus ojos y quedar absorto, ese será la forma de reconocerte en nuestra próxima vida, tengo fe en el reencuentro. Me hubiera encantado cumplir el sueño de nuestro primer retoño, pero quizás es mejor, dejarlo sin padre, no creo que sería responsable, cumple ese sueño con otra persona, te deseo lo mejor amor desde el lugar que me encuentre.

A Uds. amigos, gracias por acompañarme, entenderme, espero que no se queden con los malos ratos, sino que me recuerden con cariño, no se que hubiera hecho sin Uds., en algunos momentos pensé que la suerte más grande que tuve durante mi vida fue conocerlos, y ser capaz de confiar en lo que son, no queda mucho tiempo en verdad, será para la próxima.

A todos los seres en general, incluyendo a los seres que llegarán, después de mi fin, les deseo bonanza, vivan según lo que son, no pierdan el tiempo pensando en lo que deberían ser, sino que hagan lo que sientan en su corazón, ya que lo que hay en su interior es bueno, y cuando siguen el camino de la virtud, todo parecerá conspirar en su ayuda, todo este universo se mantiene bajo una lógica, una unión energética, yo volveré a ser parte de esa energía, y llegado el momento cada partícula que forma este ser volverá a formar parte de otros seres, por eso desearle lo mejor a cada uno, no es más que desearme el bien a mi mismo, y “mi mismo” no es más que una parte de la esencia universal, que algunos llaman Dios, algunos llama energía universal, algunos incluso podrían pregonar que es la ciencia, pero llegado el momento de cumplir mi destino, quiero morir con los ojos cerrados, les daré las gracias y mil disculpas, sólo fui un ser humano, no un ángel ni un demonio, no un héroe ni villano, sólo un ser que intento cumplir la razón de su existencia, el cual es la verdadera llave para encontrarse a si mismo, es decir, con la esencia del todo.