lunes, enero 18, 2010

El mago Merlín*


No fue tarea fácil encontrar el astuto mago. Había muchos bosques en los que buscar, pero sólo un Merlín. Así que el pobre caballero cabalgó día tras día, noche tras noche, debilitándose cada vez más.

Mientras cabalgaba en solitario a través de los bosques, el caballero se dio cuenta de que había muchas cosas que no sabía. Siempre había pensado que era muy listo, pero no se sentía tan listo ahora, intentando sobrevivir en los bosques.
De mala gana, se reconoció a sí mismo que no podía distinguir una baya venenosa de una comestible. Esto hacía del acto de comer una ruleta rusa. Beber no era menos complicado. El caballero intentó meter la cabeza en un arroyo, pero su yelmo se llenó de agua. Casi se ahoga dos veces. Por si eso fuera poco, estaba perdido desde que había entrado en el bosque. No sabía distinguir el norte del sur, ni el este del oeste. Por fortuna, su caballo sí lo sabía.

Después de meses de buscar en vano, el caballero estaba bastante desanimado. Aún no había encontrado a Merlín, a pesar de haber viajado muchas leguas. Lo que le hacía sentirse peor aún era que ni siquiera sabía cuánto era una legua. Una mañana, se despertó sintiéndose más débil de lo normal y un tanto peculiar. Aquella misma mañana encontró a Merlín. El caballero reconoció al mago enseguida. Estaba sentado en un árbol, vestido con una larga túnica blanca. Los animales del bosque estaban reunidos a su alrededor, y los pájaros descansaban en sus hombros y brazos.

El caballero movió la cabeza sombríamente de un lado a otro, haciendo que rechinase su armadura. ¿Cómo podían estos animales encontrar a Merlín con tanta facilidad cuando había sido tan difícil para él?.
Cansinamente, el caballero descendió de su caballo.
- Os he estado buscando - le dijo al mago - He estado perdido durante meses.
- Toda vuestra vida - le corrigió Merlín, mordiendo una zanahoria y compartiéndola con el conejo más cercano.
El caballero se enfureció.
- No he venido hasta aquí para ser insultado.
- Quizá siempre os habéis tomado la verdad como un insulto - dijo Merlín, compartiendo la zanahoria con algunos de los animales.
Al caballero tampoco le gustó mucho este comentario, pero estaba demasiado débil de hambre y sed como para subir a su caballo y marcharse. En lugar de eso, dejó caer su cuerpo envuelto en metal sobre la hierba. Merlín le miró con compasión.
- Sois muy afortunado - comentó - Estáis demasiado débil para correr.
- ¿Y eso qué quiere decir? - preguntó con brusquedad el caballero.
Merlín sonrió por respuesta.
- Una persona no puede correr y aprender a la vez. Debe permanecer en un lugar durante un tiempo.
- Sólo me quedaré aquí el tiempo necesario para aprender cómo salir de esta armadura - dijo el caballero.
- Cuando hayáis aprendido eso - afirmó Merlín - nunca más tendréis que subir a vuestro caballo y partir en todas direcciones.
El caballero estaba demasiado cansado como para cuestionar esto. De alguna manera, se sentía consolado y se quedó dormido enseguida.
Cuando el caballero despertó, vio a Merlín y a los animales a su alrededor. Intentó sentarse, pero estaba demasiado débil. Merlín le tendió una copa de plata que contenía un extraño líquido.
- Bebed esto - le ordenó.
- ¿Qué es? - preguntó el caballero, mirando la copa receloso.
- ¡Estáis tan asustado! - dijo Merlín - Por supuesto, por eso os pusisteis la armadura desde el principio.
El caballero no se molestó en negarlo, pues estaba demasiado sediento.
- Está bien, lo beberé. Vertedlo por mi visera.
- No lo haré. Es demasiado valioso para desperdiciarlo.
Rompió una caña, puso un extremo en la copa y deslizó el otro por uno de los orificios de la visera del caballero.
-¡Ésta es una gran idea! - dijo el caballero.
- Yo lo llamo pajita - replicó Merlín.
- ¿Por qué?
- ¿Y por qué no?
El caballero se encogió de hombros y sorbió el líquido por la caña. Los primeros sorbos le parecieron amargos, los siguientes más agradables, y los últimos tragos fueros bastante deliciosos.
Agradecido, el caballero le devolvió la copa a Merlín.
- Deberías lanzarlo al mercado. Os haríais rico.
Merlín se limitó a sonreír.
- ¿Qué es ? - preguntó el caballero.
- Vida.
- ¿Vida?
- Si - dijo el sabio mago. - ¿No os pareció amarga al principio y, luego, a medida que la degustabais, no la encontrabais cada vez más apetecible?.
El caballero asintió.
- Sí, los últimos sorbos resultaron deliciosos.
- Eso fue cuando empezasteis a aceptar lo que estabais bebiendo.
- ¿Estáis diciendo que la vida es buena cuando uno la acepta? - preguntó el caballero.
- ¿Acaso no es así? - replicó Merlín, levantando una ceja divertido.
- ¿Esperáis que acepte toda esta pesada armadura?.
- Ah - dijo Merlín - no nacisteis con esa armadura. Os la pusisteis vos mismo. ¿Os habéis preguntado por qué?.
- ¿Y por qué no? - replicó el caballero, irritado. En ese momento, le estaba empezando a doler la cabeza. No estaba acostumbrado a pensar de esa manera.

*Extracto EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA de Robert Fisher

“Se que se vienen tiempos mejores”, la realidad que esperamos todos.


Que paradojal que estas elecciones presidenciales uno de los candidatos fuera el ex presidente Eduardo Frei, ya que es el primer presidente que seguramente mucho de mis conciudadanos de mi generación, recuerdan la respuesta a ¿quien es el presidente de Chile? su nombre como coro repetíamos para satisfacer al profesor de primaria.

Recuerdo que en ese tiempo no se podía conversar de política, a pesar la consigna tenía mayor rigidez hace 30 años atrás : no hables de religión política ni de fútbol en público; al hablar de tu postura política corrías del riesgo estigma, prejuicios e incluso un rechazo social, antesala de disputas irreconciliables.

Hoy la situación ha cambiado, hay democracia, pero no solamente lo que involucra un aparato estatal que esté sujeto a elecciones periódicas, sino que hemos avanzado a una participación ciudadana, las personas podemos señalar nuestra postura política, podemos dialogar y existe una cultura de pluralismo. Destacamos mucho más allá de lo anecdótico de estas elecciones las ganas de expresar sus opiniones de las personas mediante las diversas redes sociales, incluso muchos con sus opiniones fueron partícipes de las información de los diferentes noticieros.

Esto es democracia, poder expresarnos sin peligro a represalias, pero falta algo que nos logra consolidar más como una democracia madura, no sólo basta la participación ciudadana, sino que el resultado de las opciones de la ciudadanía logrará el equilibrio político propio de una alternancia del poder. Esto obliga a que los ciudadanos tengamos el poder realmente, ser más exigentes al momento de conocer los programas de gobiernos de candidatos presidenciales, exigir una conducta honesta y leal en el área de desempeño de sus actividades como candidato, etc.

Ahora más allá, de los cálculos políticos y de presentar una postura de adherencia a cualquiera partido o conglomerado político, espero que sea el comienzo de gobiernos de alternancia, y que se acaben décadas de gobiernos eternos, ya que se eso provoca que no haya la suficiencia fiscalización, y que existan personas que hagan de la carrera política y la del funcionario público una forma de obtener dinero sin controles, y sólo sujeto a la condición del amiguismo con el sector, que se transformen en verdaderos activistas a cambio de conversar el empleo.

No estamos juzgando ni prejuiciado a los funcionarios públicos, sino que es sano que cambios de gobiernos existan ciertas renovaciones del personal, concursos públicos que no posean como requisito o exigencia tácita pertenecer a un determinado político, (lo cual probablemente no va dejar de existir pero si se aminora) y finalmente el requisito decisorio sea la competencia y eficacia que tenga la persona para el desempeño de sus funciones.

Quizás la gran herencia que nos dejó el conglomerado político que gobernó al país durante 20 años sea la protección y sentar las bases de una democracia, y que ya ha dado un nuevo paso a un cambio de gobierno, y da señales de madurez política por parte de las autoridades que reconocieron los resultados desfavorables incluso 30 minutos de los presupuestados, la reunión de ambos candidatos presidenciales, el apretón de manos y palabras de humildad y que llamen a un gobierno de unidad nacional, son aspiraciones que todos queremos probablemente, pero hay que esperar como se logra efectivamente.

El candidato oficialista como al comienzo de estas líneas señalamos fue presidente, donde el gran error fue todavía caracterizar un mensaje que aludía al pasado, un conglomerado que trabajó por la restauración de la democracia y que fue la más exitosa hasta el momento no fue capaz de reinventarse y quizás lograr un programa que mire hacia el futuro, porque ya basta de volver buscar el pasado y hacerlo presente, si bien, es cierto, una sociedad que olvida su pasado está condenado a vivirlo nuevamente, si ese pasado lo volvemos presente, el estancamiento propio de dolores y cicatrices vuelven a sangrar y nuestra nación comienza a dividirse.

Hoy a mis 22 años, vivo un momento histórico que notó que a título personal es motivo de alegría no sólo por mi preferencia fue la que salio victoriosa, porque creo que es sana la alternancia, es sana la actitud del gobierno, ya que comienza una nueva era en la política chilena no sólo la reinvención del coalición que el próximo 11 de Marzo deja de gobernar, sino también lo que será la nueva coalición gobernante que pondrá en desafío su capacidad de generar acuerdos que vayan más allá de la conveniencia política, sino que sea con altura de miras, nuestro país como centro, y es un llamado a ser más exigente como ciudadanía y ser capaces ya de mirar hacia el futuro, no olvidando el pasado, y construir un futuro de una sociedad más madura e exigente.

Espero que sigamos avanzando con el presidente don Sebastián Piñera durante estos próximos 4 años. Conservando las buenas ideas, y tener la creatividad de generar nuevas propuestas país, sobre todo en los temas trabajo, delincuencia, y educación. “Se que se vienen tiempos mejores”, la realidad que esperamos todos.